El
escritor mexicano Carlos Fuentes, premio Cervantes en 1987 y autor de la
celebrada novela "La región más transparente" (1958), murió este martes a los 83 años por problemas cardíacos en un hospital
del sur de la capital mexicana.
Su última distinción fue el doctorado Honoris Causa de la Universidad de las
Islas Baleares, España, anunciado el lunes.
Hijo de un
diplomático mexicano, Fuentes nació el 11 de noviembre de 1928 por azar en
Panamá y pasó sus primeros años en Quito, Montevideo y Río de Janeiro, hasta
establecerse durante su educación primaria en Estados Unidos, alternándola con
vacaciones en México, donde impulsado por su padre afianzó su español y la
defensa de sus raíces mexicanas.
Escritor y
diplomático, antiguo embajador en París, Fuentes, explicó en 2009 en el Salón
del Libro en París, que su elección de escribir en español se debió a que hay
"cosas que no podían decirse más que en español. Había una especie de
tierra virgen para el escritor".
Entre
sus obras más reconocidas está "La muerte de Artemio Cruz" (1962);
"Aura" (1962); "Terra Nostra" (1975) y "Gringo
Viejo" (1985).
En 2008, al cumplir 80 años, el gobierno mexicano, le organizó un
festejo nacional, en el que comentó su relación con la escritura:
"Uno debe
tener mucho miedo al escribir. No es un acto natural como comer, o hacer el
amor, es en cierto modo un acto contra natura. Es decirle a la naturaleza que
no se basta a sí misma, que necesita otra realidad, la imaginación
literaria", dijo.
En homenaje a su persona y a su trabajo, reproducimos aquí, un fragmento del libro "La muerte de Artemio Cruz", material que se encuentra dentro de nuestro acervo bibliográfico:
-Depende de cómo lo mires. Tú nada más has andado en las batallas; has obedecido órdenes y nunca has dudado de tus jefes.
-Seguro. Se trata de ganar la guerra. Qué, ¿tú no estás con Obregón y Carranza?
-Como podría estar con Zapata o Villa. No creo en ninguno.
-¿Y entonces?
-Ése es el drama. No hay más que ellos. No sé si te acuerdas del principio. Fue hace tan poco, pero parece tan lejano… cuando no importaban los jefes. Cuando esto se hacía no para elevar a un hombre, sino a todos.
-¿Quieres decir que hable mal de la lealtad de nuestros hombres? Si eso es la revolución, no más: lealtad a los jefes.
-Sí. Hasta el yaqui, que primero salió a pelear por sus tierras, ahora sólo pelea por el general Obregón y contra el general Villa. No, antes era otra cosa. Antes de que esto degenerara en facciones. Pueblo por donde pasaba la revolución era pueblo donde se acababan las deudas del campesino, se expropiaba a los agiotistas, se liberaba a los presos políticos y se destruía a los viejos caciques. Pero ve nada más cómo se han ido quedando atrás los que creían que la revolución no era para inflar jefes sino para liberar al pueblo.
-Ya habrá tiempo.
-No, no lo habrá. Una revolución empieza a hacerse desde los campos de batalla, pero una vez que se corrompe, aunque siga ganando batallas militares ya está perdida. Todos hemos sido responsables. Nos hemos dejado dividir y dirigir por los concupiscentes, los ambiciosos, los mediocres. Los que quieren una revolución de verdad, radical, intransigente, son por desgracia hombres ignorantes y sangrientos. Y los letrados sólo quieren una revolución a medias, compatible con lo único que les interesa: medrar, vivir bien, sustituir a la élite de don Porfirio. Ahí está el drama de México(…)
Fuentes de información:
http://ar.noticias.yahoo.com/fotos/escritor-mexicano-carlos-fuentes-firma-aut%C3%B3grafos-bogot%C3%A1-febrero-photo-205140609.html
http://kzm44.blogspot.com.ar/2008/07/fragmento-de-la-muerte-de-artemio-cruz.html
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